9.6.19

Te pareces tanto a mí, que no puedes engañarme.

Deja uno este changarro por diez años y ya cuando te das cuenta, la gente que conociste gracias al blog, las horas de cotorreo y chacoteo desaparecieron para darle cabida a nuevas plataformas. Las benditas redes sociales (o anti sociales) - porque el mundo está tan enojado- te atacan si es que no comulgas con la misma idea que los demás, llueven los  mensajes de odio encarnado.

Ahora... ¿sobre qué escribir? 
Porque mis millennials y centennials se cansan. No hay meme, no hay like. 
No hay video, no hay tutorial, no hay followers...

Pero como yo sí trabajo, dejaré de preocuparme por la fama efímera y me concentraré en lo que mi target ha pedido: historias banales que entretengan un rato. De hecho por eso bauticé así a este blog, son cosas sin importancia.

Ayer encontré un documental sobre unos trillizos que se "encuentran" a los 19 años de edad. Un caso muy publicitado del que apenas ayer tuve conocimiento. Residentes de Nueva York, estos hermanos vuelven a estar juntos debido a que como lo dicta la canción "los caminos de la vida no son como yo pensaba"...fueron separados al cumplir seis meses de vida y dados en adopción a familias diferentes. Al volver a estar juntos, su historia, el parecido extraordinario, la juventud... todo se sumó para que se hicieran celebridades. Aprovecharon la publicidad para fundar un restaurante que ellos mismos dirigían. 
No todo es bonito en esta historia. Hay muchos cabos sueltos por resolver ¿por qué su mamá los dio en adopción?, ¿por qué separarlos? 
Quisiera no revelar mucho de la historia, pero tengo que soltarlo. Fueron parte de un experimento que buscaba conocer qué pasa cuando tienes a tres personas casi copiadas al carbón pero criadas por diferentes familias ¿el entorno hace un cambio en el sujeto?

Casi al finalizar el documental hay un acontecimiento que arroja una respuesta. La carga genética es muy poderosa. Así cambiemos de ideas, tengamos una transformación física, encontremos paz en una religión o secta... al final del día tus genes van a dominar tu vida. 
Revisemos nuestro árbol genealógico; ahí encontraremos muchas respuestas a nuestro comportamiento.